Si bien el Torritón es una atalaya musulmana que formaba parte de la línea defensiva omeya que protegía la frontera de la Marca Media con Talamanca, en su entorno se mantienen los cimientos de un antiguo conjunto constructivo abandonado por problemas de humedad y parásitos, dada su proximidad a río Jarama (en árabe, Xarama significa río fronterizo o tierra de nadie).
El Torritón presenta las características de las torres de vigilancia árabes. Estas torres defensivas medían unos quince metros de alto por seis de diámetro y estaban divididas en dos o tres plantas interiores. La entrada principal estaba a dos metros del suelo y se necesitaba una escalera para acceder al interior. La comunicación y mensajes entre las distintas torres de vigilancia se realizaban mediante señales de humo o fuego fácilmente visibles de un mirador a otro, lo que indica la proximidad entre ellas.
Se considera el primer asentamiento de Torremocha. Durante el siglo XVI el Torritón o Torreotón fue una casa-torre defensiva en torno a la cual se creó una alquería que, en la segunda década del siglo, contaba con unos 20 habitantes. Años más tarde, entre 1557 y 1595, la zona quedó despoblada como consecuencia de la política contra los herejes practicada por Felipe II y la expulsión definitiva de los moriscos decretada en 1609 por Felipe III, pasando a formar parte de las tierras de uso común de la parroquia de Torremocha.
Aunque se encuentra en estado ruinoso y no se aprecian las almenas de la parte superior, en su interior aún son visibles las bóvedas entre pisos de mampostería de forma cupular.
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