La visita a Torrelaguna merece un pequeño paseo hasta su ermita. Desde el convento de las Carmelitas de la Caridad, siguiendo hacia el este por la calle de la Cava, llegamos a una rotonda en la que tomamos el camino de la Soledad; Luego de 300 metros de recorrido habremos llegado a nuestro destino.
Hasta finales del siglo XV se la conoció como la humillación de la Vera Cruz. El edificio actual, de estilo barroco de planta de cruz latina con una sola nave de mampostería de piedra y ladrillo, fue levantado en distintas fases a partir del siglo XVI. Fue entonces cuando se construyó el resto del crucero, abierto con bóveda de arco y tribuna sobre arco rebajado de sillares; la nave cubierta con bóveda de cañón; el presbiterio y la pila bautismal. Finalmente, es en el siglo XVIII cuando se construye la capilla de la Virgen, situada detrás del presbiterio decorada con bóveda pintada. En él también se guardan los diferentes santos del municipio que procesionan los lugareños como el Cristo Yaciente, una joya del siglo XVI.
El acceso se realiza a través de dos vanos formados por un arco de medio punto de piedra rematado por un frontón de ladrillo y mampostería en cajones coronado por una espadaña.
El viajero también puede visitar otras ermitas de la localidad como la de San Sebastián, del siglo XIV; el de San Miguel Arcángel y de Nuestra Señora de la Buena Bienaventuranza, construido en 1614; o, la de Santa María de la Cabeza, conocida como ermita de Nuestra Señora de la Merced. Se trata del santuario mariano más antiguo de Madrid, ya que tiene su origen en la época preislámica. Sólo se conservan sus ruinas y la casa de la ermita del antiguo barrio visigodo de Caraquiz, a las afueras de Torrelaguna.
¿Quieres hacerte socio de CiclaMadrid?
¡HAZTE SOCIO!