Durante la Guerra de la Independencia fue utilizada como cuartel general por los franceses, conservándose de esta época unas hendiduras en las jambas de su puerta que posibilitaban el paso de los cañones a su interior. La ermita permanece cerrada todo el año, abriendo sus puertas solo en la fiesta de su santo, el 24 de junio. Contiene un pequeño retablo de madera sobredorada. En el centro hay una hornacina donde se sitúa la imagen de San Juan Bautista.