Situada junto al Palacio de Goyeneche, la iglesia de San Francisco Javier obtuvo el título de Monumento de Interés Histórico-Artístico en 1941. Es el principal hito de Nuevo Baztán, en torno al cual gravita el trazado urbano de todo el conjunto. La iglesia está dedicada a San Francisco Javier, patrón de Navarra, de donde era originario Juan de Goyeneche, promotor del complejo industrial de Nuevo Baztán en el siglo XVII. De pequeñas dimensiones y de estilo herreriano, es casi una capilla privada en lugar de una iglesia.
Se compone de una corta nave central, un amplio crucero y un presbiterio de planta cuadrada. Su fachada principal está formada por una portada y dos torres de estilo herreriano, de 27,5 m de altura, que flanquean cada lado y duplican la altura del palacio, con el que se conecta mediante un acceso directo que parte del coro. Así, forman una única estructura arquitectónica y visual. El acceso a la iglesia está flanqueado por dos pilastras y cuatro columnas, dando paso a un espacio profusamente decorado. Destaca el retablo mayor presidido por una escultura de San Francisco Javier, ambas realizadas en mármol conquense por Churriguera.
Los demás retablos que se pueden encontrar en el templo están elaborados en madera mediante la técnica del finto-marmo. Seguramente el visitante quedará asombrado por sus dos tribunas y el coro, así como por la cúpula semicircular -que consta de dos vanos y ocho ventanas. La iglesia presenta una serie de finas esculturas de marfil filipino del período Goyeneche. El más popular es el que representa al Cristo del Socorro, santo principal del Vía Crucis de la Romería de la Javierada, que organiza cada año la Asociación de Navarros de Madrid, con el patrocinio de la Real Congregación de San Fermín de los Navarros. También son dignas de admirar las esculturas de San Juan Bautista, la Sagrada Familia y la Virgen con el Niño. Finalmente, la iglesia tiene dos criptas de ladrillo rojo desnudo.
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