Comenzando a construirse en los primeros años del siglo XV sería en tiempos del Cardenal Cisneros cuando terminaron sus obras.
A los pies del templo y adosada al muro norte, se alza la torre de la iglesia; y, junto a ella, se sitúa la puerta principal, dividida en tres calles separadas por contrafuertes. Los vanos laterales son apuntados y el central es de arco carpanel. El tema decorativo representa la Imposición de la Casulla a San Ildefonso.
Un gran retablo barroco del segundo tercio del siglo XVIII, de tipo churrigueresco, atribuido a Narciso Tomé, en oro y madera policromada apoyado sobre una base de piedra, preside el interior del Templo. En la calle central, una gran hornacina alberga la escultura de María Magdalena penitente, realizada por Luis Salvador Carmona en el segundo tercio del siglo XVIII. En las calles laterales se abren otras dos hornacinas donde descansan las imágenes de San Isidro Labrador y de Santa María de la Cabeza, natural ésta de Torrelaguna.
En su interior merece la pena detenerse a contemplar el Cristo de Cisneros, donado por los Reyes Católicos, y los restos del poeta Juan de Mena. También las cinco capillas de los laterales de la iglesia: Bautismal (siglo XVI), Asunción (siglo XVII), San Gregorio (siglo XVI), Anunciación (siglo XVI) y San Felipe (siglo XVII).
El visitante puede salir del Templo por la portada sur conocida como ‘de la Resurrección o de la Pascua’, con un arco apuntado enmarcado por otro mayor con remate conopial y decoración de florecillas y motivos geométricos flamígeros que reflejan el tema de la aparición del Resucitado. Cristo a la Magdalena, aunque su iconografía está muy deteriorada.
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