Situada en el centro de la Garganta de los Montes, esta iglesia tiene tres naves, separadas por arcos de medio punto. Aunque su estilo podría calificarse en su conjunto como bizantino, también se pueden apreciar elementos góticos, románicos y barrocos. En la parte más antigua destaca la capilla mayor, cubierta con bóveda de crucería, y especialmente la torre, situada a los pies del edificio. Esta torre, de grandes proporciones respecto al resto del templo, es de tres cuerpos y cuenta con ocho arcos de medio punto en su parte superior, que dejan entrever el campanario.
Desgraciadamente, durante la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil, la estructura del edificio sufrió graves daños y la iglesia quedó despojada de las piezas únicas que se habían conservado en su interior durante siglos: una talla románica de la Virgen -que las cofradías veneraban en el ermita de San Isidro, situada en la cercana y desaparecida aldea de Ferreros, el archivo parroquial y objetos de plata. Pero entre los tesoros que aún quedan encontramos la pila bautismal y el agua bendita, tan antiguos como el pueblo de Garganta.
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