La Alhóndiga fue construida entre los siglos XIV y XV como mercado de abastos en el centro del casco antiguo de Torrelaguna. Tras la construcción del depósito y el traslado de la compra de grano a la Plaza Mayor, se transformó en almacén o almacén de sal. Durante siglos, la sal fue el principal conservante e ingrediente de nuestros platos más tradicionales.
El edificio, de forma rectangular y dos cuerpos, está realizado con entramado de madera sobre muros de sillarejo, todo ello revestido con revestimiento de cal y mortero, ahora pintado según la antigua costumbre. Su interior constaba de pequeños almacenes que daban a un patio cubierto, perimetralmente por puntales de madera con un pasillo en la planta superior, donde se contaba el almacén. Los portones de madera que cierran la entrada mantienen diferentes elementos de diferente influencia y son reflejo de la artesanía popular de los siglos XIV al XVI.
El elemento más característico de este edificio es el cuerpo macizo que flota sobre sus muros, sustentando la cubierta superior de teja árabe y toda la viguería del piso superior.
Reconvertido en restaurante, se ha convertido en un referente de la cocina tradicional y creativa en Madrid.
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