El puente Cadenas sobre el arroyo Canencia está cerca de un viejo molino, hoy sin uso pero rehabilitado. Es un puente de un solo arco, algo apuntado, y está construido con lajas de piedra y rodeado de abundante vegetación de ribera. Fue levantado para paso de peatones y pequeños carruajes, algo que se descubre por su notable estrechez.
El puente Canto, también del Medievo, está a 50 metros de la confluencia de los arroyos Canecia y Ortigal. Construido con bolos de piedra y dos arcos, curiosamente asimétricos, posee un mirador en la parte superior del arco más grande. Aparece citado en el libro de montería de Alfonso XI (siglo XIV) y, hasta 1991, se utilizó como vía de tránsito de ganado y uso peatonal. Se conserva en muy buen estado. Muy cerca está el cementerio de la población y una agradable área recreativa.
El puente de Matafrailes es el más alejado del casco urbano, casi en el límite con Gargantilla de Lozoya, a cuatro kilómetros del centro de la localidad, y también salva el arroyo Canencia. Aunque no se conoce la fecha exacta de su construcción sus características hacen pensar que se trata de un puente medieval, construido con un solo arco, de una altura considerable que lo protege de las crecidas del arroyo. Presenta una anchura mayor en sus extremos que en la parte central, lo que con toda seguridad se deba a que en ambas partes se cobraba un arancel de paso, lo que se conoce como los derechos de pontazgo.
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