El Álamo es un pueblo de claro sabor manchego, en el que abundan las casas de labranza con cubierta de teja árabe, construidas con adobe y encaladas. Cruce de caminos, lugar de tránsito entre Segovia y Toledo, fue siempre un pueblo dedicado a la agricultura, mayoritariamente, de trigo, cebada, avena, centeno, viñas, legumbres y olivo.
Durante largo tiempo perteneció al Sexmo de Casarrubios, aunque fue cambiando de jurisdicción hasta el siglo XIX, cuando desapareció el régimen señorial. Desde hace más de 20 años, durante el puente de mayo, celebra una Feria Medieval de gran atractivo para residentes y visitantes.