Levantada entre 1940 y 1958, se abrió al público el 1 de abril de 1959.
Lo más destacado y visible del conjunto monumental es la gran cruz, la más alta del mundo, de 150 metros de altura y 46,4 de longitud, que corona la basílica y domina el paisaje, un espacio natural protegido con austeros salientes rocosos con rica vegetación serrana y fauna salvaje.
Bajo la cruz, excavada en la montaña, está la basílica, a la que se accede desde una gran explanada de 30.600 metros cuadrados con varios juegos de escalinatas monumentales. El templo tiene 262 m. de longitud y un ancho de 18 metros. A lo largo de la nave se distribuyen seis capillas laterales dedicadas a distintas advocaciones de la Virgen. Los espacios entre éstas se cubren de tapices con escenas del Apocalipsis. Presidiendo el altar mayor, se encuentra un magnífico Cristo crucificado.
El crucero se ve completado por tres frentes: al final de la Basílica, el coro; en el lado derecho, la Capilla del Sepulcro; y a la izquierda del crucero, la Capilla del Santísimo. Un gran mosaico, de más de cinco millones de teselas, adorna la cúpula.
Desde la base de la Cruz, a la que se accede mediante funicular, a pie por tramos de rampa y escaleras o mediante un ascensor de uso restringido por el interior de la montaña, se disfruta de las mejores vistas del Valle de Cuelgamuros.
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