Pasear por su casco antiguo nos permite conocer interesantes ejemplos de la arquitectura tradicional castellana. Destacan la plaza de la Constitución, construida entre los siglos XVI y XVII, con soportales y balconadas de dos cuerpos, excepto en el frente septentrional, con tres; y la fuente de la Villa, construida en 1605 en piedra de Colmenar, coronada por el primer escudo conocido de la villa.
Perviven también interesantes ejemplos de las antiguas casas de labor, propias de la Sagra madrileña, cuyas diferentes dependencias se distribuían en torno a un patio, unido a la habitación principal, y un gran corral al que se abrían cuadras, cobertizos y graneros. De interés son también las colonias de veraneantes, formadas por palacetes erigidos en el centro de frondosos jardines.
Otros lugares de interés son la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, de la segunda mitad del siglo XVII, declarada Monumento Histórico Artístico en 1981; el convento de Santa Clara, también del XVII, con un importante retablo mayor en su interior; la ermita del Santísimo Cristo de la Salud, del siglo XVIII; el convento de La Encarnación, de 1616; la Torre del Reloj, de 1672; el antiguo Ayuntamiento, del siglo XVI; la Casa de la Inquisición, casa de labor del siglo XVII; el hospital de legos de San Juan Bautista, fundado en 1566, y del que se conserva el balcón corrido original; la Cárcel Antigua, conjunto de viviendas privadas del siglo XVI, reconvertidas en el penal de la localidad; y la Casa del Rey o colegio de San José, perteneciente en su día a los Jesuitas hasta su expulsión de España, en 1767.
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