Las cinco plazas principales de Nuevo Baztán, armoniosamente sencillas, aportan unidad al plan urbano diseñado por Churriguera para hacer realidad los sueños ilustrados de Juan de Goyeneche. Caminar por ellos te sitúa directamente en la Historia. Como mudo testimonio de su esplendor, el casco antiguo aún refleja el estilo original. Al recorrerlo, el visitante percibe una unidad urbana en una cuadrícula -cuyo epicentro es el Palacio de Goyeneche- donde las plazas sirven para dividir Nuevo Baztán en tres áreas: el conjunto monumental; la zona residencial; y el conjunto formado por naves industriales, talleres, almacenes y hórreos.
Entre la Lonja, Palacio-Iglesia y Casa de Distinción se abre a la Plaza de la Iglesia, Plaza del Jardín o Plaza Mayor. De planta cuadrangular, el punto central confluye con la Fuente de los Tritones. Desde allí, siguiendo el sentido de las agujas del reloj, llegaremos a la Plaza de las Fiestas o Plaza de Toros. De planta rectangular y aspecto típico madrileño, fue el verdadero centro de la villa de Nuevo Baztán. Tiendas y artesanos instalados en las cercanías.
La tercera plaza más importante es la del Mercado o del Secreto, que se utiliza simplemente con fines comerciales. Originalmente presentaba soportes de piedra donde las columnas de madera sostenían el techo para que los viajeros y comerciantes pudieran encontrar refugio. Allí se ubica la fábrica textil o de paños, que fue la primera y la más importante de Nuevo Baztán por el tráfico y los ingresos de la población.
Este recorrido finaliza con una visita a la Plaza de la Forja, punto de partida del camino hacia La Olmeda, que recibe su nombre de todas las ferrerías allí instaladas para fabricar todo el hierro que necesita la industria. Por último, está la Plaza de la Cebada, camino a Valverde de Alcalá, donde vivían los agricultores con sus animales y herramientas de trabajo.
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